sábado, 1 de marzo de 2008

Carta a Tricky

Cuando te trajeron en una caja de zapatos tenías nada más que cuarenta y cinco días, una graciosa bola de pelo negro, ojos saltones y trompa chata.

Inmediatamente te bauticé “Tricky”. Ese es el nombre de un músico de raza negra enmarcado en la categoría, en el género musical “trip hop”.



Más allá de esto me parecía un buen nombre, sonaba bien al oído, era breve, simpático y fácil de pronunciar.
Tiempo después, quizás por curiosidad, busqué en el diccionario el significado de esta palabra que me era desconocida y en letras impresas encontré: “engañoso, tramposo, astuto, ingenioso, mañoso, arduo e intrincado”.
A partir de entonces (tal vez condicionado en parte) pude comprobar que ningún otro nombre te habría sentado mejor que el que llevabas, que con cada una de esas acepciones te había predestinado; con cada uno de esos rasgos distintivos de una personalidad que te enumeraba acusadoramente en momentos de sumo enfado.
Podía perdonar y olvidar medias y pelotitas de tenis, la camisa cuadrillé que tanto me gustaba, desgarros, hilachas e inesperados círculos color ámbar en cualquier parte de la casa.
Esas eran travesuras comunes a tu edad, todos las hacían en su etapa de crecimiento.
Cuando empezaste a crecer un poquito mas, mamá te compró una cucha, una de esas lindas que venden en las veterinarias... me acuerdo que tenía el techito azul.
Bueno, no duró tanto como esperábamos; se rajó la parte del piso y te la cambiaron por una nueva diciendo que el material estaba malo de fábrica.
Ésta tenía el techo rojo, era más linda y parecía un hermoso chalecito. Tampoco duró mucho y esta vez vos tuviste la culpa y a vos te retamos el día que te encontramos jugando con pedazos de techo rojo, con trozos de fibra de vidrio en la boca.
Pero tuvimos paciencia, todavía mamá estaba de tu lado y ¿te acordás lo que hizo?... Sí, te mandó a construir una de material, de ladrillos y cemento; una bien fuerte que te duraría para siempre y que no podrías destruir.
Cuando le conté todo eso a la gente, tenés que saber que me refería a la historia de los fuertes soplidos del lobo a las alternantes casas de los tres chanchitos.
A veces te sacaba a pasear sin importar...

(Fragmento)

Si querés conseguir el libro completo mandá un mail a: cheeba79@gmail.com

3 comentarios:

Sebastián Pablo Lastra dijo...

EcoGaby dijo...
Ayer te decía "tenés que escribir un librillo"... y considerando las épocas y los métodos, me doy cuenta de que te has decidido a hacerlo...

Que sea el comienzo de una felíz historia... porque naciste con el don de ordenar las letras una a una hasta que sean una fiel copia de tu interior.

Ad-miro tu capacidad... y te quiero mucho, hermanito!

Unknown dijo...

Hola Cheeba! A pesar de k hemos perdido contacto me da gusto saber k te decidiste a publicar tu libro... de las poca sobras que leí sabes que quedé encantada... eres bueno y lo sabes y espero k esa seguridad te empuje aún más y te motive a seguir recorriendo este camino... en verdad en hora buena Cheeba... y espero algún día poder leer tu libro completo :)

Un beso y mucha suerte cheeeee!!!

Anónimo dijo...

K onda mi argento!!! No he sabido nada de ti, cambié de MSN... a ver si un día nos cruzamos y hablamos un poquito.
Salu2 amigo y AGUANTE AREGENTINA!!!!

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Y usté dice...¿cómo es que dice?...bueno, diga nomás lo que usté quiera decir!